lunes, 20 de mayo de 2013

¿Por qué los ateos están obsesionados con la religión?: Una experiencia personal

¿Qué tal, queridos simios? Este es su irresponsable amigo Ark, aprovechando el tiempo libre para escribir otro post.

Y este es un post que tengo pensado desde hace tiempo. Porque seguro que todos aquellos que se han sumergido en este mundillo han tenido la ocasión de toparse con la pregunta del título, y quizas tambien se estén preguntando lo mismo. ¿Por qué alguien que afirma no creer en Dios parece estar tan obsesionado con el tema? ¿No sería más razonable que deje a los creyentes vivir sus vidas en paz? Ciertamente es una crítica razonable, y me imagino que habrán tantas respuestas como ateos, así que en esta ocasión les contaré un poco mi experiencia personal, y mis motivos para explicar mi obsesión (prefiero llamarlo fascinación) por los temas religiosos. Quizás mi caso represente a otros ateos por ahí.





Pues bien. Para empezar, desde pequeño me he sentido atraído por los temas religiosos, aunque sería más correcto decir que mi atracción es por lo sobrenatural. Me encantan las historias de fantasía, los seres superpoderosos, las criaturas mágicas, y en general todo aquello que salga de la normalidad. Eso me ha hecho un simpatizante de los comics, dibujos animados, videojuegos, y, como no, religiones y mitología. Recuerdo claramente como disfrutaba leer sobre las hazañas de Hércules, las aventuras de Spiderman y las parábolas de Jesús. Para mí, todas esas cosas formaban parte de lo mismo. Por supuesto, y aunque en ese entonces mi Madre no era especialmente cercana a la Iglesia Católica, para mí leer la Biblia tenía algo especial, porque en la sociedad chilena, fuertemente cristiana, prácticamente se considera que los textos bíblicos son historias reales. ¡Imagínense lo que eso significaba para un niño soñador como yo! ¡Era como si te dijeran que Superman realmente vivía en EEUU!

Así que mis lecturas infantiles (siempre he sido un aficionado a la lectura) estuvieron llenas de textos bíblicos. Hasta recuerdo un libro de los Testigos de Jehová,  vaya a saber uno como llegó a mi casa, que no solo tenía textos bíblicos, sino que estaba lleno de ilustraciones, todo muy del estilo TdJ, con mucho color, y escenas de tigres durmiendo al lado de ciervos, etc, etc. Con el paso de los años, y con la aparición de internet en mi vida, tuve la oportunidad de ampliar mis conocimientos mitológicos. Ya no estaba limitado a lo libros de mi hogar, ahora podía curiosear en los dioses de otras culturas. Dioses Nórdicos, Aztecas, mitos Mapuches, todos estaban a mi alcance. Y otras cosas también. Leí sobre magia, demonología (con cierto temor, debo confesar), criptozoología, ángeles y arcángeles, y un sin fín de otros temas, siempre en el ámbito de lo sobrenatural. Me fascinaba todo eso, y aún me fascina.

No tiene mucho que ver con el post, pero ¿No está genial?
Y entonces ocurrió aquello. Y por aquello me refiero a mi vocación científica. Llegó la hora de escoger a que iba a dedicar mi vida, y casi sin dudar elegí el camino de la Ciencia. Así como me encanta lo sobrenatural, estoy enamorado de la Ciencia, de todo lo que es capaz de lograr, y de todo lo que es capaz de inspirar. Así que estuve por 6 años estudiando en la Universidad, aprendiendo sobre el método científico, y asimilando el pensamiento científico. Y entonces llegó el día en que mi mundo sobrenatural y el científico chocaron. Claro, el problema no era con todas aquellas historias y mitos que consideraba inventos humanos, sino con lo que para mí había sido una parte muy atractiva de la realidad. Dios y sus ángeles pasaron al banquillo de los acusados.

Este es Dios, esperando para pasar al estrado. Por su expresión diría que quiere hablar con su abogado...

Ahora, mi... llamémoslo "crisis" (aunque nunca fue un trauma ni mucho menos) ocurrió hace un par de años atrás, a lo sumo. Soy un ateo joven. Recuerdo claramente como ocurrió, un día mientras caminaba por la facultad donde estudiaba. Sucede que desde siempre me ha gustado reflexionar sobre este o aquel tema mientras camino o viajo, y muchas veces el tema tocaba algo religioso (y aún es así, aunque con otra aproximación) Y por aquellos tiempos, la existencia de Dios no era un tema para mí. Soberbiamente creía que la existencia de Dios era un hecho, así que mis cavilaciones generalmente eran sobre la representatividad de la Iglesia Católica. Después de todo, pensaba, existen muchas iglesias que claman ser los verdaderos representantes de Dios ¿Cómo distinguir a la verdadera?. Y de pronto, en medio de mis divagaciones, me di cuenta que todas mis reflexiones empezaban con un "Si Dios (realmente) existe, entonces..." Estaba poniendo la existencia de Dios en duda y eso me sorprendío. ¿Acaso no creía verdaderamente en su existencia? ¿Entonces por qué pensaba en el tema como si no estuviera seguro?

Eso me llevó a pensar en la existencia de Dios por primera vez desde hace mucho tiempo. "Quizás, y solo quizás, Dios no existe" me dije "entonces, buscar a Dios sería inútil". Pero esa idea me dejaba intranquilo, porque implicaba dejar de buscar, y el que deja de buscar no obtiene respuestas. "¿Y si dejo de buscar, y resulta que Dios si existía, después de todo? ¿Cómo voy a saberlo?" Como no estaba muy seguro del asunto, decidí dejarlo hasta ahí por el día, y volver a pensarlo en otra ocasión. Cinco minutos después, la respuesta llegó sola. "No es a Dios a quien debo buscar" me dije " Sino a la verdad. Si Dios es la verdad, lo encontraré. Si no lo es, entonces encontraré lo que sea que esté en su lugar". Desde aquel día, la búsqueda de la verdad se convirtió en mi nueva motivación.

No sé como luce la verdad, así que pongo esto (Además me gusta mucho Elvis)
Pero creo que me estoy desviando del tema. ¿Cómo responde esto a la obsesión de lo ateos? En mi caso, mi obsesión con los temas religiosos siempre ha existido. Existía cuando creía en la existencia de Dios y existe ahora, con la diferencia que ya no creo que las historias bíblicas son eventos reales. De hecho, es gracias a esta obsesión que me convertí en ateo, combinada con el pensamiento crítico que recibí con mi formación cientifica. Sin mi obsesión por la religión, probablemente no sería ateo, ya que no dedicaría tanto tiempo a reflexionar sobre el asunto, y mi pensamiento científico estaría enfocado solamente en problemas científicos. De no haber recibido educación científica, lo más seguro es que aún sería un creyente más, incluso es probable que me hubiese dedicado fuertemente a la religión, y quién sabe, ¡hasta podría ser un sacerdote! En mi caso, fue la combinación de ambos mundos lo que me ha hecho quien soy ahora.

Tal vez a otras personas les ha pasado igual. Obviamente hay otras razones para que los ateos dediquen tanto tiempo a desafiar a los pensamientos religiosos, por ejemplo, su influencia  en la sociedad (matrimonio homosexual, aborto...) o como estos son usados por personas sin escrúpulos para obtener poder e influencia, pero no me extrañaría que exista gente por ahí que simplemente, un día cualquiera, decidieron darse un tiempo para hacerse una sencilla pregunta: ¿Y si Dios no existiera...?

Pero suficiente sobre mí. Si eres ateo ¿Por qué lo eres? ¿También te han criticado tu obsesión con la religión? ¡Los comentarios están abiertos para tí!

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